miércoles, 29 de septiembre de 2010

Entrevista por Sur de Babel a Santiago Arcos editor

Miguel Villafañe: Uno podría sospechar en principio que al estar en frente de la facultad de filo, algunos autores, algunos títulos se moverían más, pero no es tan así. En realidad se vende poco. Los libros de Viñas se venden bien, pero uno en principio puede pensar que el estudiante de Letras compra más libros. Y no es así. No sé de dónde leen, no sé de dónde estudian. Quizás leen más de los apuntes, de una fotocopia de un capítulo… yo me doy cuenta porque nosotros hicimos Literatura argentina y política en el 2004, 2005 y es un libro que todavía no se agotó. Rarísimo. Sin embargo, otro libro que publicamos de David, Indios, ejército y frontera, sí se agotó. Pero ese es un libro que tiene otro público, transciende el ámbito de los estudios literarios, específicamente universitario, es más de estudios culturales, el espectro de lectores se amplía. El año pasado lo agotamos. Es un libro que siempre se pide, tal vez sea por el tema también, despierta mucho interés. El estudio literario, la crítica, está cada vez más relegado para especialistas. Sin embargo cuando se editó la primera vez Literatura argentina y realidad política, en los años 60, tuvo venta masiva: fue un best seller.

Sur de Babel: ¿Por qué lo quisiste reeditar?

M.V: Porque es un libro fundamental. No se puede pensar la crítica literaria contemporánea sin haber pasado por ahí. No solo por el tema, sino por el tratamiento, la manera de tratar la literatura, las vinculaciones con la historia, con la sociología, con lo que Viñas y el campo cultural estaban leyendo en ese momento. Hay una matriz de pensamiento muy fuerte ene se libro, es insoslayable. Es la gran obra de la literatura argentina que reflexiona sobre sí misma de la segunda mitad del siglo XX.. Uno tiene que andar mucho para encontrar algo así, no es fácil. Es un acontecimiento intelectual muy importante.

SdB: Siempre pensaste tu catálogo con un lugar para la crítica –al rescate de obras como las de Viñas, por ejemplo- y otro para la literatura. ¿Cómo lo fuiste armando?

M.V: El catálogo depende de mí, de mis intereses. Hay una marca muy personal. En ese sentido, la obra de Viñas para mi es muy importante.

SdB: ¿Hace cuánto empezaste con este proyecto?

M.V: En el 2002.

SDB: ¿Antes qué hacías?

M.V: Trabajaba en una librería. No recuerdo muy bien cómo se me ocurrió lo de la editorial, honestamente. Fue algo que se dio naturalmente. En un momento pensaba que podía ser un buen complemento en mi trabajo de librero, y una vez que me metí en esto, la misma dinámica del trabajo me fue estimulando para pensar mejor las cosas, a tener otra perspectiva, muy diferente a la del oficio del librero. El oficio del librero consiste en organizar una librería a partir de la buena lectura de los catálogos; que también está tamizada por el gusto de uno, por un interés estético o político particulares. Y en el trabajo en la editorial es también un poco eso, pero en otro nivel. Hay también una selección que trasciende el espacio de la librería: se piensan otras líneas de fuerza, otras oportunidades, otras necesidades, más vinculadas con lo social. Pero se complementan los dos trabajos.

SdB: ¿Alguien te ayuda con el armado de las colecciones?

M.V: En la primera época de la editorial, trabajaba con Laura Estrin ella, leía y sugería cosas para publicar. La primera marca a la editorial se la da ella, a las colecciones de literatura. Se leyó muchísimo. Llegaron muchos originales que se iban seleccionando. Si ves los primeros libros del catálogo, hay una línea de coherencia muy fuerte: es la impronta que le dio Laura.

SdB: ¿Qué fue lo primero que sacaron?

M.V: Lo primero que sacamos fueron dos libros: Las aventuras de un novelista atonal de Alberto Laiseca y una ficción de Milita Molina, Los sospechados. El libro de Laiseca me interesaba a mí particularmente, y al de Molina lo propuso Laura, y me pareció que estaba bueno. Me pareció un buen programa publicar esos dos libros a la vez. En esos libros está condensado el programa y son fundantes de la editorial. El libro de Laiseca muestra la consagración de un libro a partir de un equívoco, es un editor que quiere fundirse, que publica un mamotreto horrible e ilegible y, sin querer, termina pegando un best seller. Me pareció que era un buen texto para pensar el espacio editorial y literario actuales. Y el de Molina es un libro que pone en escena el rechazo del autor ante la posibilidad de consagrarse, es un libro que genera muchos problemas con el campo literario: lectores, periodistas culturales, críticos, editores…. Me pareció que estaba bueno publicar eso también. Arrancamos con esos libros y después salió la antología de “Literal” de Libertella, el libro de Leónidas [Lamborghini], de Nicolás [Rosa]… Y por otro lado estaba la colección de cine que la dirigen Emilio Bernini y Domin Choi. Allí empezamos publicando la revista Kilómetro 111. A partir de acá armamos la colección de cine, que nos posiciona en las librerías. Sino estábamos condenados a un segmento muy pequeño de lectores que hacía inviable el emprendimiento desde el punto de vista comercial.. Pocos lectores compran los libros de Nicolás Rosa o la antología de Literal.


SdB: ¿El proyecto de la antología de la revista “Literal” fue de ustedes o ya lo tenía pensado Libertella?

M.V: Libertella lo tenía más o menos cocinado. Lo presentó y estaba buenísimo.

SdB: ¿Y cómo les fue con la antología de cuentos coreanos, las que hizo Oliverio Coelho?

M.V: Fui feliz con ese libro, lo propuso él y salió muy bien. El año que viene lo vamos a reeditar porque ya está agotado. Les contaba que la colección de cine nos abre mucho la recepción de la editorial y nos proyecta afuera. Empezamos a vender a España, México, Perú, Chile.

SdB: ¿Y con traducciones?

M.V: De cine, sí hicimos, la de Serge Daney, la primera traducción al español de Daney: Cine, arte del presente.

SdB: Y se han traducido afuera libros de Santiago Arcos?

M.V: No. No nos ocupamos de desarrollar este aspecto de la editorial ya que al principio funcionábamos dentro de una librería, era un emprendimiento amateur. Y la comercialización estaba en manos de un distribuidor, hasta el año pasado. Los primeros cuatro años de la editorial, fueron así, más amateur, pero también los de mayor crecimiento. Coincidió con la expansión con la industria del libro en Argentina, luego se estableció en una meseta y cayó. Hoy el sector de la industria del libro y los emprendimientos literarios independientes están en caída.

SdB: ¿Y cómo ves actualmente el campo editorial y literario?

M.V: Yo pienso que el medio está muy enrarecido ahora. Hay sobre saturación de libros, hay muy pocos espacios, muy poco espacio en las librerías, no hay más librerías, las cadenas están en crisis. Y hay señales alarmantes, en general, en el ámbito cultural. Pero a mí me parece que esos vicios proyectados van a poder jugar en una especie de limpieza y fortalecimiento de los proyectos editoriales independientes. Y seguramente van también a aparecer de nuevo librerías en los barrios. De todos modos hay que reconocer que la industria editorial española sigue siendo la dominante, hay mucho flujo de libros españoles a la Argentina, sobre todo, las librerías importantes están saturadas de libros españoles.

SdB: Nosotras queremos empezar el contacto con editoriales de Latinoamérica, porque justamente pasa lo que vos decís, conocemos lo que pasa allá, o por lo menos algo de lo que pasa allá por los españoles que los editan. Queríamos empezar a tener el material que ellas editaban. En principio la idea era online, ya que sabemos que el primer problema acá es el correo. Y tuvimos muy mala respuesta. Vos creés que con esta sobresaturación de libros que hay, la digitalización puede ser una alternativa de intercambio?

M.V: Sí, es una buena manera y hay que aprovecharla. Lo que pasa es que hay incertidumbre con respecto a ese tema. Yo sigo confiando en el libro. 1500 libros es una cantidad irrisoria. Si los libros son buenos, deberían tener esa cantidad de lectores. Estamos hablando de una cantidad de millones de personas que leen y escriben en español. Aunque también el problema del analfabetismo acá en Argentina es grave.

SdB: Y en cuanto al mapa literario de ahora, ¿cómo lo ves?

M.V: Yo leo muy poco. Prácticamente de autores contemporáneos no leo nada. Sobre todo en relación a la cantidad de libros que salen, hay que hacerse de mucho tiempo para leer. Además como yo tengo una especie de deformación profesional, leo poco, a veces salteado, de atrás para adelante, algo del medio: me armo mi propia aventura. De lo que estoy seguro es que hay editoriales que están marcando una impronta bastante fuerte en la narrativa argentina. Cada una sigue una tradición, determinados problemas que tal vez ahora no se puedan leer definitivamente bien, porque estamos muy pegados. A mi me gusta mucho lo que está publicando Entropía, es generacionalmente interesante. Me gustan mucho los libros que salen por Mansalva, que también es muy coherente. Son dos editoriales muy coherentes. Hay muchas editoriales, muchos proyectos, y muchos autores que publican en muchas editoriales pero hay pocas editoriales coherentes. En general la coherencia se da cuando el editor es dueño de su editorial y no “terciariza” el trabajo de seleccionar los textos: ahí entran a jugar las especulaciones del mercado y se pierde mucho de lo más interesante del oficio: el riesgo.

SdB: ¿Hay algún autor que te gustaría publicar en Santiago Arcos, que tengas en la mira para el futuro?

M.V: Hace un tiempo conocí un muchacho, que se llama Javier Ragau que tiene
un par de novelas alucinantes, pero no lo puedo encontrar, no me contesta los
mails. Tiene ediciones de autor. Me encanta. Tiene dos novelas, una se llama
Sociedad de consumo y otra es El ataque de los moscovitas, algo así. Una es una
especie de policial bastante bizarro y otra de ciencia ficción, muy delirante.
Escribe desde el género, con una libertad increíble. En la línea de Laiseca, del
primer Aira: es fulminante. Le compré los libros en la FLIA. Es muy raro.

SdB: Con el de Casas, ¿cómo les fue?

M.V: Bien, vamos por la tercera edición de Los Lemmings y otros y de Ocio también vamos a sacar la tercera dentro de poco. Y vamos a publicar su último libro de ensayos, Breves apuntes de autoayuda, una compilación de todo lo que él escribió de cine y literatura. Yo a Fabián lo venía leyendo por lo que él estaba publicando en Cartonera y alguna otra cosa que había leído por ahí. Y se estableció una sintonía con una voz. La voz que él plasmó en los relatos de Los Lemmings es una muestra muy importante de toda una movida generacional, y organizar todos los textos en un libro, potenciaba eso que él había captado: una especie de coral alucinante. Fue un buen laburo. El libro se organizó a partir de los cuentos que él tenía y otras cosas y se armó un libro bastante coherente. Fue un trabajo de edición que nos gustó mucho. Lo mismo pasó con el libro de Nicolás Rosa, La letra argentina, que para mí es el mejor libro de la editorial. Eran trabajos que él tenía dispersos y se organizó como una breve historia de la literatura argentina. Arranca en Alberdi y termina en Perlongher. Y abarca distintos momentos de la crítica que practicó Nicolás. Es un muy lindo trabajo. Y las colecciones que tenemos también me gustan mucho.

Después la charla siguió por el recorrido que nos hizo Miguel a través de todas las colecciones de la editorial. Hermosos libros. Bienvenida, entonces, Santiago Arcos a Sur de Babel.

Crítica Panorama de la Literatura Alemana Contemporánea

Por Graciela Wamba
Revista de Filología Alemana
 
Muy acertadamente Burello nos explica desde la introducción que el espíritu de este libro no es compendiar en numerosos tomos la segunda mitad del siglo XX, ni mucho menos intentar abarcarlo con una "especie de tetralogía operativa, a saber: el período que va de 1945 a 1968, el que va de 1968 a 1989, el que va de 1990 hasta el día de hoy, y un cuarto miembro aislado y sui generis como lo es la RDA" (República Democrática Alemana) (p. 5). Otro tanto ocurre con la concepción de la literatura alemana según cierta tradición académica: "la literatura alemana es literatura escrita en alemán, y el alemán es lengua extensa y conflictiva: la lengua de Kant y de Hitler, de Lutero y de Herzl, de Goethe y de Kafka [...] la literatura alemana se sitúa de lleno -para bien o para mal suyo- en el ojo de la tormenta" (p. 7); "Los hitos históricos que jalonan más precisamente la segunda mitad del siglo XX, o tienen su epicentro en Alemania, como la Segunda Guerra Mundial y sus hondas secuelas, o repercuten más allí que en otro lugar, como el desmoronamiento del orden alternativo al sistema capitalista, o siquiera guardan un correlato directo, como las crisis económico-políticas que se concentraron entre 1967 y 1968" (p. 7).
En tercer lugar Burello utiliza un criterio de selección de textos muy valiosos para los lectores que parten desde el castellano para acercarse a la literatura alemana: "en lo que sigue se ensayará un esquema posible de esta historia apasionante, apenas revelada al actual lector en castellano. Renunciando por principio a toda absurda pretensión de ser exhaustivos. Aquí optamos por la representatividad de los textos y los autores abordados, atendiendo a su relevancia intrínseca e incluso a su eventual disponibilidad en castellano" (p. 8).
La época del Tercer Reich se abarca en el capítulo "El silencio" en el que se analiza la complicada vida cultural de los intelectuales sometidos al régimen o comprometidos con él, así como se atiende al fenómeno posbélico y básicamente a la literatura del exilio y de la emigración. De forma clara y precisa se vierte una visión de conjunto sobre la llamada literatura del año cero, literatura de ruinas y se trata de ubicar al lector en la doble aparición de las repúblicas alemanas dentro de un tenso panorama de recuperación del campo literario.
En "Balbuceos" se pasa revista a la actividad literaria y editorial de la década de los 50 y 60 en la República Federal Alemana utilizando la visión retrospectiva de aquellos como Günter Grass, Arno Schmidt, o Hermann Hesse que se convirtieron en testigos de época de incalculable valor.
El capítulo "Pedir la palabra" se detiene en el Grupo 47, sus mentores y el comienzo de una literatura más comprometida con la realidad como con Rolf Hochhuth y Peter Weiss. En "Lengua extranjera" se presenta el muro como división de dos ámbitos culturales y a los autores del Este como protagonista de un fenómeno de proyecto político en el que la libertad personal estaba coartada. Los escándalos y los espionajes, las rebeliones de los intelectuales y las fugas son el marco descriptivo del capítulo sobre la RDA a la que, ya en la actualidad, se la puede observar con mejor material y mejores testimonios que hace una década, como por ejemplo, por lo publicado por Erich Loest sobre sus archivos secretos.
"Gritos" se ocupa de los movimientos estudiantiles y de las vanguardias de la década del 60 y sus repercusiones en el campo literario tanto en narrativa como en teatro.
"Las voces interiores" habla de la nueva sensibilidad o nueva subjetividad de los 70 y Burello no olvida mencionar el comienzo de la literatura gay y feminista con importantes figuras femeninas como la suiza Verena Stefan e Ingeborg Bachmann, la literatura de corte autobiográfico (Väterliteratur) y a los autores de presencia en los medios radiales y televisivos como Jurek Becker, Dieter Wellershof, Uwe Timm.
"(con) fusión de lenguas" abarca la década de los 80 con su característica de multiplicidad y diversidad y se presentan nuevas aristas, ya que Burello toma en cuenta la literatura de los emigrados del Este, especialmente el fenómeno de minorías germanoparlantes que utilizan el alemán como idioma literario, del cual en fecha de aparición de este libro, Herta Müller se convierte en Premio Nobel. "Verdad es que más allá del significado político de la recepción de las víctimas del eje Moscú- Berlín, la inclusión de la "otra Alemania" viene a sumarse a los actuales debates por la memoria y la identidad, con los que la literatura supera el nivel del individuo y traspola la reflexión a lo social y lo nacional, sin abandonar el plexo temático recurrente de la década anterior" (p. 93).
También en esa década corresponde hablar del posmodernismo alemán con figuras como Christoff Ransmayr, Patrick Süskind, tanto como del revisionismo de Peter Weiss en "La estética de la resistencia", sin obviar la conjugación de los nuevos medios de la comunicación en el campo cultural, que genera figuras híbridas como Herbert Achternbusch. Otro tanto pasa con esa década en Suiza y Austria, de los cuales se toma a Elfriede Jelinek (Premio Nobel 2004), Thomas Bernhard y Peter Handke.
En "a viva voz" Burello encara la década del 90 con el tema ineludible de la reunificación con la "literatura del cambio" (Wendeliteratur), el gran conflicto y discusión a propósito de Christa Wolf, la de los nuevos autores surgidos después de la reunificación como Thomas Brussig o Marcel Beyer, Ingo Schulze que responden a una modernidad de páginas Web y entrecruce de medios. Otro lugar aparte lo ocupan figuras disímiles como Bernhard Schlink y W.G. Sebald, quienes aportan otra literatura debido quizás a su franja etaria (nacidos en 1944) y su concepción original y propia de la literatura. Tampoco se omiten en este "Panorama" la literatura de migrantes como en el caso del novelista alemán de origen turco Feridun Zaimoglu o la escritora Emine Sevgi Özdamar, o la de Georg Tabori que si bien es húngarobritánico quedó inscrito dentro de este sistema cultural. El cierre de los noventa no omite el caso Günter Grass con su revisión del siglo, ni el de Martin Walser y su antisemitismo en "La muerte de un crítico".
Como todo intento de acercarse a lo último aparecido queda el final abierto de la actual literatura alemana, multifacética, multicultural, abarcadora de fenómenos de longevidad artística como Jünger, Grass, Lenz, pero también de precocidad como Juli Zeh y Daniel Kehlman que empezaron como novelistas ventiañeros. También está la pregunta de la sobrevida de la literatura alemana a causa de la globalización y de la falta de problemas, pero eso ya pertenece a la ciencia oracular y a nuestra impaciencia de contemporáneos.
Con este libro tan bien estructurado y compactado en información se ofrece un claro espectro de estas décadas pasadas y se adapta tanto a la necesidad de un lector que desea informarse como a la curiosidad de un estudiante universitario que espera encontrar una visión de conjunto de la literatura en lengua alemana, sin dejar de mencionar la presencia de una acertada bibliografía secundaria general y específica en alemán y en castellano seleccionada con muy buen criterio.
Aquellos profesores que tienen el honor de enseñar en la universidad Literatura en lengua alemana en castellano, como es mi caso, le agradecen al autor el aporte realizado con esta obra.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Mal Elemento

El Viejo León del Zoo, por Fabián Casas.

Presentación: Escribir en Español (en La Plata)

Entrevista a García Negroni: "En busca de la lengua precisa"

María Marta García Negroni presenta aquí una nueva edición de su manual "Escribir en español", para expertos y para lectores no especializados. 
Revista Ñ
Por Carolina Tosi






Ezra Pound sostenía que los buenos escritores eran aquellos que conservaban la eficiencia del lenguaje y construían un discurso preciso, claro y legible. Sin dudas, este principio puede extenderse y aplicarse a los autores de cualquier tipo de texto, sea ficcional o no. En efecto, para lograr una adecuada expresión en lengua escrita en las diferentes manifestaciones de la comunicación humana es necesario ofrecer claridad y precisión. Pero, como es sabido, esta no es una tarea para nada sencilla, y los problemas de redacción pueden aparecer en diferentes niveles, ya sea asociados a cuestiones normativas y gramaticales, ya sea relacionados con la organización global del texto ­relativa a su coherencia, cohesión y adecuación­. En este sentido, los materiales de consulta, como los diccionarios, las gramáticas y los manuales de estilo, son los aliados incondicionales para quienes, expertos o no en la redacción de textos, aspiran a una expresión más apropiada. Pero además, en la actualidad, la consulta de estos materiales resulta imprescindible, a raíz de las diferentes actualizaciones que se han producido en los últimos años en la gramática y la normativa de la lengua.
En este contexto, Escribir en español. Claves para una corrección de estilo , el reciente manual de estilo escrito por María Marta García Negroni, que se presenta el miércoles 22 a las 18.30 en el Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), 25 de Mayo 217, es una obra de consulta necesaria y fundamental por diferentes razones. Por un lado, exhibe los diversos aspectos normativos que rigen el uso de la lengua escrita atendiendo a las últimas normativas de las Academias Americanas de la Lengua y de la Real Academia Española.
Por otro lado, la gramática presentada no se reduce a un listado de normas prescriptivas que se deben cumplir automáticamente, sino que, por el contrario, García Negroni se ocupa de poner en evidencia el sistema de las regularidades lingüísticas con el objetivo de que los lectores reflexionen sobre las recomendaciones normativas que las sostienen. Según la autora, Escribir en español pretende asistir a los lectores en la búsqueda y el reconocimiento de las múltiples posibilidades expresivas de que disponen y de ofrecerles claves para una corrección de estilo, teniendo en cuenta que no existe una única versión "correcta" de un texto.
La primera parte del libro presenta aspectos relacionados con la ortografía. Allí, se explican las reglas de ortografía y de acentuación, el uso lingüístico y no lingüístico de los signos de puntuación, las letras mayúsculas, minúsculas y las tipografías especiales. Por ejemplo, se exponen las palabras con doble acentuación como "cardiaco/cardíaco" o "elite/élite" y se explica la ortografía de ciertos parónimos que suelen traer confusiones, como las formas "porque", "por qué", "porqué" y "por que". En los capítulos que siguen, se describen las diferentes clases de palabras en forma detallada y se incluyen explicaciones sobre su empleo. La última parte, que puede considerarse la más innovadora, trata cuestiones de léxico (impropiedades, faltas de precisión, combinaciones contradictorias, neologismos innecesarios, problemas de registro, vulgarismos).
Por ejemplo, se exponen las formas extranjerizantes que tienen que ser evitadas debido a que existen palabras en español con similar significado, como "solicitar una beca" en vez de "aplicar una beca", o "archivo adjunto" en lugar de "attachment". Además, se incluyen listas de siglas, abreviaturas, extranjerismos aceptados (como el uso de marketing o de software o de sex-appeal), neologismos por acortamientos (como "depre" o "narco"), préstamos (como "emoticón" o "muyahidín"), y latinismos de uso frecuente, etc.
Finalmente, en el último capítulo, se desarrollan aspectos relacionados con la presentación de textos científico-académicos. Allí, se aborda la incorporación de citas y su valor argumentativo, así como las formas de incluir la bibliografía y demás elementos paratextuales.
Es así como, desde una perspectiva abierta y renovada, García Negroni plantea el placer por el uso de la lengua y logra abrir el juego a todos aquellos que buscan mejorar su escritura. En esta entrevista habla acerca de ello y, además, de la importancia del español en la actualidad.


Ver toda la entrevista

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Este fin de semana: Feria de escritores y editores

 

En el marco del festejo del bicentenario de la Biblioteca Nacional, estaremos en la Feria de editores y escritores, en la Plaza del Lector, haciendo algunos descuentos. Los esperamos.

martes, 7 de septiembre de 2010

Feria del Libro de La Matanza


Del 16 al 21 de Septiembre se va a estar realizando la 3er Feria del Libro Municipal de la Matanza. Allí estaremos con algunos libros bajo el brazo.