Por Julieta Roffo
Clarín
El cineasta Juan Villegas debatió su filme “Ocio” con los otros participantes.
El auditorio del Viejo Hotel Ostende fue el escenario ideal para el plato fuerte de la segunda jornada de la Usina de Cultura Ñ, en la que desde el miércoles participan más de veinte escritores, músicos, cineastas, artistas plásticos y gestores culturales. Allí, el cineasta Juan Villegas presentó a sus compañeros de experiencia su película Ocio , codirigida por Alejandro Lingenti y basada en la novela homónima de Fabián Casas que se estrenará en noviembre en el mítico cine Cosmos, que será reabierto y coordinado por la UBA.
Ya en el micro que viajó desde la redacción de Clarín hasta el hotel, Villegas había demostrado su entusiasmo por poder dar a conocer su nuevo trabajo a otros artistas: “En el último tiempo, me reúno con otros directores para hablar de cuestiones técnicas o de plata; en cambio con gente que viene de otras ramas puedo hacer foco en cuestiones más creativas, más inspiradoras”, contó el director, que recorre los pasillos del hotel sin abandonar su libreta, en la que anota diálogos perdidos. Esos apuntes serán la materia prima para su participación en la edición especial Aniversario de Revista Ñ , que se publicará en octubre y dará cuenta de la Usina.
La devolución de los distintos participantes sobre la historia de Andrés, un chico que se ve forzado a meterse por completo en el mundo adulto justo en medio del duelo por la muerte de su madre, es “un estímulo, algo muy esperado y seguramente una nueva fuente para pensar otras ideas”, dice Villegas. Es que su película, situada en el barrio de Boedo, es atravesada por la música, la historieta y, desde su punto de partida, por la literatura: “Ya trae la cruza de disciplinas consigo misma, y por eso quiero ver cómo reaccionan acá, desde esos lugares tan distintos”, señala.
“Me interesan estos retiros aislados, porque siempre decantan en algo; hace años que quiero hacer una película sobre la playa, y creo que, con el tiempo, esta experiencia va a servir como insumo para ese proyecto”, dice el director de Los suicidas . A la vez, Villegas destacó que el intercambio en las charlas le hizo ver que los problemas de los cineastas con las distribuidoras son similares a los de los escritores con las editoriales, y que los que tienen los fotógrafos y artistas plásticos con los galeristas.
La sobremesa del almuerzo, con sopa de almejas inspirada en Moby Dick incluida, se extendió cuando llegó de visita el escritor Juan Forn y se hizo aún más larga al despedir al también escritor Federico Jeanmaire, que dejó el hotel para viajar mañana a la Feria del Libro de Frankfurt.
Hoy sigue el trabajo en el último día de la Usina de Cultura Ñ, que ya dejó un mural en la ciudad que la alberga, y que piensa llevarse de ella varias nuevas ideas.
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